Como consecuencia de esos ciento veinte días de bolichero, había conocido a mucha gente linda que visitaba mi local y además cada día me hacía a la idea de vivir en San José que por algo tenía muy profundas y directas raíces familiares. Para intentar lograr eso, indudablemente tenía que ir buscando la forma de poder ganarme el sustento y como en mi mente siempre estuvo ser independiente en ese aspecto y mi capital veinteañero no daba para emprender grandes negocios, una de las personas con las que había trabado una sincera amistad, me ofreció la posibilidad de inaugurar un kiosco en un pequeño local céntrico, donde hacían una parada todo los autocares que viajaban de la capital Montevideo hacia el litoral, y eso hacía que mi pequeño negocio se viera beneficiado por esa clientela de paso, además aumentaba mis ingresos, ejerciendo de pagador de bancas de un juego de naipes muy de aquellos pagos, llamado monte criollo, que se desarrollaba todas las noches en los dos clubs más importantes de dicha ciudad, con la vista gorda de las máximas autoridades que aparentaban no enterarse de la práctica de dicho juego, que no estaba autorizado por aquel entonces, lo que nunca supe, pero siempre me lo imaginé que el mirar para otro lado que ejercían los mandamás de turno, les redundaba en algún beneficio económico.
Juego de naipes, Monte criollo
Sin ni siquiera detenerme a pensar, de que forma iban pasando los años y lo bien que me sentía en tierras maragatas, con los altibajos lógicos de la mayoría de los seres humanos, transcurrieron once años, a los que yo catalogaría de buenos,
Personas que conocí en San José, y que aún perduran en mi memoria:
Abel Soria , gran payador y excelente compositor.
Sergio Barone, muy buen cantor folklórico y mejor amigo "Palmitas" Soriano.
"El Facha" Ruiz, multifacético, famoso personaje.
El Coco Sosa, con su hospitalario bar en la plaza 33.
Inocencio Rojas, y su familia.
"El Pardo" Ríos, de cuya amistad imposible que me pueda olvidar.
Y muchísima gente más, que se agolpan en mi memoria, pero de nombrarlos la lista sería interminable.
Como comprenderá quien lea esto, a través de tantos años, hubieron hechos en mi vida particular, muchos muy buenos, otros no tanto, pero como afecta a terceras personas, no me siento con el derecho, de mencionarlos, pero si les puedo asegurar que no se borraran de mi mente jamás,
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